martes, 12 de diciembre de 2017

CLASICOS JAPONESES KAPPA, de Ryunosuke Akutagawa

Cualquiera que viva en Japón durante unos años este nombre será uno de los primeros que se le pegarán al oido, aunque no tenga necesariamente un profundo interés en la cultura japonesa. El hecho se debe a que, si no estoy equivocado, al menos una vez al año se concede el Premio Akutagawa de novela, estando considerado como uno de los mas importantes de Japon en la inmensa selva de premios existentes. ¿Pero quién es R. Akutagawa? Como el propósito de estas lineas no es hacer un ensayo exhaustivo del hombre, dejemos los datos personales de nuestro autor para condimentar el comentario en los puntos en que sea necesario. Añadamos de paso que pocos son los datos que este comentarista puede aportar ya que la historia personal de Akutagawa le resulta casi desconocida. Si la obra le interesa, le dice algo al comentarista, después se pregunta sobre el autor, si no fuera de su agrado es muy posible que ese autor no logre interesarle en sus datos íntimos. Pobrecitos de aquellos kappas que solo valoran de "nombre" sin conocer el contenido de la salsa que comen.
Deseo agradecer al profesor Tominaga la generosidad que muestra hacia mi persona dejándome mano libre a la hora de elegir el tema que me pide para su revista.
Después de dudarlo mucho, y, aún y así, arriesgándome a cometer un grave pecado de lesa herejía extranjera, (ya se sabe, muy pocas veces el foráneo puede comprender al natural) elegí este tema, este encantador librito.
Elegí esta novelita porque rebusqué en el fondo de mi memoria y pensé que sería interesante explicarme a mí mismo, o al menos intentarlo, el por qué me había atraido tanto cuando la leí la primera vez.
Escrita en 1927, pocos meses antes del suicidio a base de arsénico de su autor, se diría el testamento vital y literario del mismo.
Una novela en la que, aparentemente, el protagonista es la aventura de un loco en el país de los kappa, o sea en Kappalandia, pero en la que si profundizamos un poco nos damos cuenta de que Akutagawa no nos habla de la locura, sino de Japón, del Japón de su época.
"... Como es facil de imaginar, no hay gran diferencia entre los elementos de la vida civilizada en Kappalandia y los de cualquier otro país de nuestro mundo humano, por lo menos, para limitar mi afirmación a mi propia experiencia, a los elementos de la vida civilizada en el Japón. Así, por ejempio, en un mirador de mi sala que daba a la calle, había un piano de cámara, y en las paredes colgaban grabados...."
No, no es la locura, es de Japón de lo que nos habla Akutagawa,pero de un Japón en el que se mezclan una serie de cosas extranas. Releyendo el texto anterior tenemos: un piano de cámara, grabados, mesas, sillas. Todo ello una serie de elementos que se dirían más producto de, llamémosle civilización occidental, que de la civilizacion o cultura japonesa.
Akutagawa se suicidó acosado por una vaga inquietud, que no se sabía a que respondía exactamente, pero que pudo tener muchas causas.
Una de ellas pudo ser el miedo a la locura. Recordemos que su madre adoptiva se había vuelto loca. Miedo a la locura personal y a la colectiva.
El pais de los kappas, Japón, en suma, entra en la Era Meiji en contacto profundo con Occidente, se siente atrasado y admite, quizás sin mucho discernimiento, todo lo que viene de fuera. Se convierte en un país fuerte, hay luchas, guerras con China, Rusia etc.etc. y gana.
Hay autoconfianza, una autoconfianza que deborda locura por todas partes. Quizás sea ésta la vaga inquietud de Akutagawa; la locura de su madre, la locura de su personaje no es otra que la locura de su país.
Un país que quizás no quiere ver hacia dónde se dirije, pero que al mismo tiempo no parece tener muy claro qué es, cómo es. Porque ya no es lo
que era, ni es otra cosa. Una país a medio camino entre dos civilizaciones con ninguna de las cuales se siente identificado. Con la suya originaria porque no le gusta, con la foránea porque no es, no pertenece a esa civilización. En definitiva, quiere superar su complejo superando a esa otra civilización y se aliena, se ajena de si mismo cayendo en lo que no se es, la locura, que no otra cosa quiere decir alienación.
Posiblemente esté ahí la clave de la locura de este peronaje que recorre el país de Kappalandia.
Alguien dijo que las novelas históricas se escribian en epocas de crisis de identificación. Tal vez pueda ser otra de las claves de Kappa. Una novela, un cuento de base folclórica que no pretende quedarse en el mero folclore.
Akutagawa conoce la civilización china, fue profesor de inglés y frances, conoce Occidente, escribe en chino, conoce la literatura japonesa. Todo ello lo demuestra claramente a través de esta obra que, dicho así, se diria arqueológica, pero que no lo es. Akutagawa no se queda única y meramente en la "literatura", pero tampoco parece un escritor "politico". Akutagawa es un artista que parece desmitologizar el lenguaje clásico. Tal vez sea más correcto decir despoetizar que desmitologizar. Hace el lenguaje mas prosaico, pero sin prosaismo. Véase la fina ironía que utiliza hacia Matsuo Basho, una de las cumbres del lenguaje japonés.
Si se me permite una disgresión diré que el idioma japonés, incluso en su utilización más común, como es la función comunicativa, me parece un lenguaje muy poético. Al menos en la medida en que yo logro entenderlo. Tan poético que uno, desde fuera nunca sabe a qué carta quedarse: o todo el mundo tiene una altura lingüística impresionante o es que se tiene miedo a decir las cosas por su nombre.
Akutagawa ha despoetizado el lenguaje novelístico, pero no lo ha hecho prosaico. Quizás ese prosaismo haya venido después, un prosaismo que puede tener infinidad de causas, entre otras la mala comprensión de lo que es la funcion comunicativa en la cultura occidental, de ahi que uno se encuentre con dos extremos, un lenguaje elevadísimo, pero vacío de contenido o un prosaismo rayano en lo más soez y vulgar. ¿Podría estar la base del problema en el exceso de intelectualización - formalismo de la educación japonesa actual? Tal vez. Tras una repetida lectura del texto me parece lícito decir que Akutagawa lo que hace en esta novelita no es criticar, sino presentar al lector sus reflexiones sobre Japón-Kappalandia como problema. Akutagawa nos da las conclusiones de su reflexión sobre el país. Podremos estar o no de acuerdo con él, pero ese es otro problema.
Para no hacer un comentario demasiado largo, vamos a elegir algunos de los temas que el autor nos propone y vamos a intentar relacionarlos con la vida actual, al menos como nosotros la vemos.
Tras un prefacio del autor en el que nos cuenta que el protagonista es un loco que narra su historia a todo aquel que quiere escucharla, lo que denota ya un alejamiento de tipo folclórico: el cuento dentro del cuento, pasamos al primer capitulo donde el loco nos dice como yendo por los alrededores del monte Yarigatake se sentó a comer un poco y se topó con un kappa, al que persigue, no alcanza, cae en un pozo y cuando se despierta ya esta en Kappalandia.
Aparte de detalles interesantes que merecerían ser comentados, quizás lo más importante sea precisamente esa caida al pozo.
Si recordamos el libro de L. Carol, Alicia en el País de las Maravillas, Alicia se duerme cuando le cuentan un cuento. El sueño como forma de alienación, de alejamiento de la realidad, lo mismo que la locura y la misma caida en un pozo, una siguiendo a un conejo, éste, nuestro loco, siguiendo a ese animal folclórico-mitológico que es el kappa.
Akutagawa fue profesor de inglés, no lo olvidemos, o pudo conocer la
obra a través del maestro Soseki. No insinuamos que haya "imitacion" en absoluto, pero podría haber influencia, más o menos directa en este principio del cuento. Aunque también podriamos pensar en aquello que alguien llamó inconsciente colectivo. Caer en un pozo y encontrarse con otro mundo suele ser un tema folclórico de muchas culturas.
Nuestro amigo el loco es considerado un personaje especialmente protegido y ayudado en la sociedad kappanesa. Va aprendiendo y conociendo
muchas cosas de esta sociedad. Y se va dando cuenta de las diferencias existentes entre la sociedad humana y aquella en la que cae.
" Estará usted de acuerdo conmigo, por ejempio, de que la rectitud y
la compasión son vistas por nosotros los hombres con profundo respeto: el kappa, en cambio, cuando oye estas palabras, estalla en la mas sonora carcajada".
Esta claro que lo que normalmente se llama sentido común, de común
tiene más bien poco, incluso entre personas del mismo país, por mucho que haya gente que se empeñe en decir nosotros en lugar de yo.
En Kappalandia antes de nacer se le pregunfca a la criatura si quiere
venir al mundo o no. Se tiene en cuenta la opinión del nasciturus, no sólo la conveniencia o no de los futuros padres. (Tal vez se ahorrarían muchos problemas si ello fuera posible).
La impresión que me da esta parte es que Akutagawa se pregunta por
la irresponsabilidad que supone traer hijos al mundo sin preguntarse por lo que será el futuro devenir de ese hijo.
No sólo en Japón, en muchas culturas, la mujer, antes que mujer,ser humano, ha sido un objeto de reprodución de hijos, y si no llega a tenerlos, en realidad de mujer tiene bien poco. No el hombre, sino el nombre es lo que importa.
Aunque no tengo ninguna base para afirmarlo, sospecho que el planteamiento del problema viene dado aquí por una comparación de fondo entre Japón y Occidente. Quizás la sociedad occidental en aquellos momentos ya se planteaba la "planificacion familiar" mientras en Japón era algo que aún no existía.
Quizás actualmente las cosas hayan cambiado, invirtiéndose el proceso. Se piensa mucho si se tiene un hijo o no, pero yo diría que no porque se piense en el futuro del hijo, o sea, aparentemente se es más responsable, pero observar cómo el índice de nacimientos ha llegado al punto más bajo de la historia del país sólo denota que el egoismo paterno se ha invertido. No se piensa en el hijo ni como báculo de la vejez, antes, ni como ser que tiene derecho a una vida propia y libre, más bien se piensa en el hijo como una molestia, una carga, lo que termina dando como resultado su negación. Pero no deja de ser curioso la lata que suelen dar hasta los vecinos cuando una pareja se casa: "¿Todavia no...?"
Otro punto interesante de este capítulo es el tema de la “Tropa de Voluntarios de la Herencia.”
Parece que el japonés, como también en otros pueblos, ha sentido horror a los seres deformes, al atraso mental, a todas estas taras físicas y síquicas con que alguna vez la naturaleza se complace en regalarnos.
En este contexto de la novela, y traspasando los límites de la misma novela, tal vez se estaban realizando experiencias, a la forma hitleriana de los años 30/40 para mejorar la raza. Obsesión más o menos latente siempre cuando la política se decanta por derroteros ultraderechistas.

Leamos un trozo, quizas un poco largo, pero enjundioso del capitulo seis.
A DECIR verdad, las técnicas y procedimientos
del arte amatorio kappa difieren mucho de los nuestros.
Una kappa hembra pone sus ojos sobre un kappa macho y piensa para si: Sí, este es. Y a partir de ese instance, no habró medio al que no recurra para apoderarse de eé, poniendo en practica, en su empeño, cuanta treta conozca. El medio más directo y despojado de artificios consiste en que la kappa hembra sencillamente se lance frenéticamente sobre el infeliz macho de su elección.
Yo mismo tuve oportunidad de presenciar una persecución de esa
índole, en la que una kappa hembra, con aire enloquecido, corría desalada detras del macho. En algunos casos, no es la kappa sola la que llevaa cabo la cacería: la acompañan en la persecución de la presa sus padres .y hasta los hermanos y hermanas. Destinado a enfrentar riesgos como estos, la suerte del kappa macho puede ser verdaderamente miserable, pues aún si tiene la fortuna de salvar su libertad tras una fuga habil y agotadora, lo más probable es que no se libre de sufrir el castigo, y se vea obligado a guardar cama para una cura de reposo, la que puede prolongarse hasta dos o tres meses.


No nos vamos a poner a comentar las artes amatorias nipolandesas,
evidentemente, pero si nos llama la atención esta frase: En algunos casos no es la kappa sola la que lleva a cabo la cacería: la acompanan en la persecución de la presa sus padres y hasta los hermanos y hermanas.
Todos sabemos que es una tendencia muy natural del ser humano presentar hacia afuera única y exclusivamente lo más bonito, lo que considera como "bello","virtuoso" etc. Japón, evidentemente, no se libra tampoco de esa tendencia general. Y una de esas "virtudes" japonesas era que la mujer siguiera al hombre. Al menos eso es lo que yo, como occidental, siempre he oido. Mucho me temo que sea uno de los muchos fraudes que se suelen dar en este pals.
Se puede pensar que la mujer japonesa actual es más libre y todas esas cosas y que la "Okusan" (una forma de decir Esposa, Señora) antigua no lo era. Rastreando en esta obra uno saca la impresión de que eso no es así,de que era, es y será la " Okusan" la que lleva los pantalones, muy a pesar de la facha viril que ponga el hombre. El "Rusu ga ii" (Es mejor el marido fuera, en la calle trabajando), no es una broma. La caza del macho, o de la hembra, para asegurarse el porvenir o la descendencia, no es una broma. La falta de diálogo en el matrimonio tampoco.
Al menos antes parecía haber como más respeto y cumplimiento de los "deberes" mutuos dentro del hogar, lo que, a la larga llevaba al "amor", sui géneris, pero sentimiento al fin y al cabo, pero ahora....
Todo ello enlaza con lo dicho anteriormente sobre los hijos, al mismo tiempo contradiciéndose y complementándose. Al tiempo que se pretende modernidad, evolucion evidentemente femenina, hay aceptacion de normas antíguas, quizás procedentes del confucianismo, la mujer como obedecedora y seguidora del marido. Un pretendido amor a la occidental, pero asegurándose el porvenir a través de los hijos. Una mayor libertad para todos, pero no aceptando un posible destino adverso en el hijo, en el que se invierte mucho dinero para que después ayude a los padres. Todo esto se mezcla, se confunde, produciendo más de un caso de locura moderna donde se termina o con el asesinato del hijo o de los padres.
En el capítulo ocho de nuestra historia, nuestro amigo el loco conoce la industria de la impresión, la mecanización de Kappalandia. "Al parecer el proceso de la introducción de la producción masiva está avanzando a pasos muy rapidos"
Es evidente que la ideología Meiji, el complejo, en la época, ante la superioridad tecnológica de otros paises y otra serie de factores, hacen que Japón se ponga a trabajar como un loco para superar la hipotética superioridad de los mismos.
Una de las formas de conseguir una buena tecnología es el conocimiento, que se obtiene la mayoría de las veces o a través de la invitación de personas extranjeras, puede ser uno de los múltiples significados de la presencia de nuestro loco en Kappalandia, o a través de libros. Siete millones de volúmenes se publican en las fechas de nuestra novela. Encomiable labor.
Japón, gracias a su esfuerzo por "educarse", conocer etc. ha conseguido un nivel, una posición importante en el mundo ¿Se puede negar? Pero mi pregunta es, ¿ha coneguido este país educarse, unirse al mundo,crear un modelo de sociedad digna de ser aceptada por otras culturas? Mucho me temo que no.
Quizás en su momento era necesaria esa producción de libros y otras
cosas tan ingentes, pero ello ha degenerado en el trabajo por el trabajo,en la desintegración del yo mínimo que cada cual tiene, en la degradación de la naturaleza, muy a pesar de los eslogans en contra que se nos presentan, a perder la conciencia de persona para integrarse en la categoria de número. Es muy triste decirlo pero el japonés se siente orgulloso de los números más que del ser humano. Producir mucho es bueno, autosacrificarse es bueno.
No podemos negar la parte positiva que estas premisas tienen, pero ¿cabe aceptarlas, así, sin critica? Personalmente pienso que no, y uno de los problemas que yo veo en Japón es que se han aceptado sin crítica, dando lugar a crear un estado de tensión muy grande en la persona. Este pais está en crisis, no economica, sino síquica. Pudiera ocurrir en un futuro más o menos cercano que la carne de trabajador estuviera a muy pocos yenes el kilogramo, tal y como lo plantea la novela.
Evidentemente, no es que no haya huelgas, no es que no haya lucha
por mejorar la vida, la hay, pero uno saca la impresión que se lucha por mejorar la propia vida. En realidad se mira muy poco hacia el compañero de al lado para subir todos juntos, más bien se lucha contra él, si no pertenecemos a la misma especie, al mismo grupo.
Otra de las cuestiones que me asaltan al leer el texto es la tremenda cofusión existente entre educación e instrucción. Lectura de libros, memorización, utilizar muchas horas en la escuela se considera estar educado. Ir a la Universidad es moneda tan corriente como comer. Evidentemente el nivel de conocimiento medio del japonés es elevado, pero aunque ello es así, es más educado, más persona? Meter a todos en el mismo saco es peligroso, pero yo diría que no. Conoce más, pero ha perdido en humanidad. Gracias, o por desgracia, a causa de ese elevado nivel de instrucción desde Japón se mira por encima del hombro a aquellos pueblos que, por circunstancias economico - sociales – historicas tienen un nivel más bajo de desarrollo tecnológico.
En Japón se ha confundido técnica con cultura. En Japón hay muy buena tecnología, pero a veces hay que preguntarse ¿dónde esta su cultura?
Quizás sea el capítulo nueve uno de los más interesantes, pero también de los más difíciles de entender, al menos para mí.
El Partido Quorax lucha ante todo por "el bienestar de todo el Estado de Kappalandia" El Partido Quorax esta dirigido por Loppe, que parece no pensar muy honestamente. Alguien dice a nuestro loco:
" Esos discursos... supongo que comprenderá que no son sino un montón de mentiras. Pero todo el mundo sabe que son mentiras, en el fondo viene a ser lo mismo que la verdad..."
Mucho me temo que sea un tema que haya que repetir ahora mismo de la misma manera que aquí esta expuesto.
Todo el mundo sabe que los partidos actuales son mentira, pero se vota a los de siempre, se vota, no se niega el público al voto, y además se les da más votos que nunca. ¿Será el refrán de lo malo conocido mejor que lo bueno por conocer? Quizás es a esto a lo que se llama sabiduría en Kappalandia -Japón.
Lo que sí, creo, se puede decir es que la verborrea japonesa es asombrosa, y digo verborrea porque no hay que confundirse con la poesia.
Kappalandia es un país montado sobre fachadas. Oir a sus representantes políticos es tener que hacer un esfuerzo lingüístico impresionante para terminar, claro está, con la sensación de que no se ha dicho, o no se ha entendido nada, ( que como foráneo será lo mas posible). Un país de fachadas donde no se sabe dónde comienzan las cosas ni donde terminan.
En el Partido Quorax manda Loppe, pero Gael, el industrial, manda sobre Loppe, lo mismo que en el periódico de los trabajadores que, aunque dirigido por Qui Qui, sin apoyo del capitalista Gael no haría nada, pero al mismo tiempo sobre Gael manda su esposa. Entonces, ¿quién manda en Nippolandia? Todo está tan bien repartido, tan bien enredado que no se puede buscar una cabeza de turco. Y el pueblo asiste desde la tribuna sabiendo que está también implicado.Que lo unico que hay que hacer es tener cuidado, no caer en un grave error y aprovecharse todo lo que se pueda. Quizás sea ésta la filosofía que encierra uno de los parrafos de la obra del filosofo Mag:
" El modo más sensato de vivir es despreciando las convenciones de la época en que nos toca vivir y al propio tiempo logrando aparentar que no se viola ni una sola de esas convenciones"
Tal vez sea ésta una de las características más notables de mucha
gente de Kappalandia.
Se habla de NOSOTROS cuando se quiere decir YO. Decimos NUESTRO triunfo cuando deberíamos decir SU triunfo, de él, de nuestro compañero. Hablamos de FAMILIA cuando deberíamos decir PERSONAS DE LAS QUE ME APROVECHO PARA LUSTRAR MI NOMBRE.
Quizás sea éste otro de los grandes engaños que nos presenta esta sociedad. NO es que nos guste, es que nos replegamos para que no nos mate, y si ocurre algo, las culpas al Gobierno que lo forma . . . ¿Quién?
Muchos temas más son los que trata esta novelita de Ryunosuke Akutagawa. Muchas cosas más podríamos hablar, pero preferimos cortar aquí. El libro merece otro libro para su interpretación, comentario estilístico, temático, comparativo etc. etc., espacio del que no disponemos ahora mismo.
Sólo hemos pretendido comentar, conectar con el presente, explicarnos a nosotros mismos por qué esta obra nos había gustado tanto.
Mag, el filosofo de Kappalandia dice: Actuar como abogado del propio yo es siempre mucho más difícil que actuar como abogado de otro. No hemos pretendido ni acusar ni abogar por nadie, sino entender el Yo actual de Nippolandia a través de un texto de un representantede su cultura, en uno de los libros más llenos de finura, hondura, ternura, ironia, sabiduria que hemos leido hasta ahora.
Si el lector lee con atencion verá que las expresiones quizás,tal vez, abundan. Pocas veces decimos que una cosa es así o asá. En última instancia podríamos decir que el Japón del que hablamos e MI Japón, tal como YO lo veo, ante lo cual yo mismo me pregunto si de verdad es así.
Ryunosuke Akutagawa no dice que Kappalandia es de una determinada
forma. Nos pinta un país de una manera sincrónica pero encarrilado en un eje diacrónico. La novela no tiene fin. Esta abierta a muchas posibilidades y cambios...
Muchos de los problemas que plantea la novela en su epoca, me parece, siguen vigentes, otros quizas no. Tal vez este ahí uno de sus grandes logros. Siendo muy de su tiempo, muy de su país, es al mismo tiempo intemporal y universal porque, no nos engañemos, lo que se puede decir del Japón de Akutagawa se puede decir también de muchos otros paises.

ANTONIO DUQUE LARA 24 Junio 1990, Dia de S. Juan.


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