jueves, 2 de noviembre de 2017

ROMANCE DE LA PENA NEGRA

APROXIMACION PERSONAL A UN POEMA DE
FEDERICO GARCIA LORCA:
ROMANCE DE LA PENA NEGRA

Mucho se ha escrito sobre Lorca y su obra: tanto, que pretender ser original o presentar tesIs nueVas resulta una pretension subida de tono.
No pretendo hacer aportaciones nuevas, sólo una aportación "personal ", lo que no implica que la misma aportación no haya sido hecha por otros, de ser así yo todavía no la conozco.
Muchas son las formas de acercarse, de aproximarse a un texto, a cualquier texto literario de cualquier pais: la de las escuelas críticas de distinto orden y calibre, las arbitrariamente históricas, las ideológicas, las... ¡en fin, montones!
En ésta,mi breve y personal aportación, puede haber un poco de todo. Digámoslo ya: fue una visión, una comprensión instantánea, de lo que , a mi parecer, significa la Pena Negra en la poesia, en la vida de Lorca. Se podría decir que es una aproximación intuitiva, que puede ser tan o tan poco válida como otro tipo de aproximación cualquiera.
Esa "intuición " se produjo cuando llevaba pocos meses de ser estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, en mi cuarto año de estudiante universitario. Había leido a Lorca, pero no estaba tan imbuido del amor, yo diria mítico, casí místico , que se Ie profesa en Granada, como para haberme dejado llevar por un sentimiento irracional. Es más, creo que mucha gente lee a Lorca u otro cualquier autor, sin haberse puesto a reflexionarlo, lo que me parece lleva a hablar , muchas veces, con un sentimiento de amor sin sentido.
El tiempo, largo tiempo ya , fue corriendo como por un cauce escondido, desde su alba hasta su despertar en letra. Desde entonces otras lecturas he hecho de Lorca y sobre Lorca. Creo que fue POETA EN NUEVA YORK la que más profundo dolor me causó. Y digo profundo dolor en el sentido físico del término, porque, si bien yo no me siento capaz de explicar una obra tan impresionantemente alucinante como POETA EN NUEVA YORK, en términos, valga la palabra, científicos, si me siento capaz de sentirla desde el fondo de los huesos.
Para mí el ROMANCERD GITANO, la Pena Negra, es una poesía que ve al hombre, al ser humano desde su dimension de humano y ser enraizado , poesia enraizada en la tierra, sentida en la tierra, en una tierra rica y fértil que nos es quitada cada día metafísica o físicamente, en provecho de unos pocos. Digo el hombre, no el gitano, porque me parece que el gitano es sólo y exclusivamente el símbolo de ese hombre, aún vivo y aleteando, expulsado del mundo de los dioses, de la gracia divina, que sólo tiene la tierra , cuando la tiene, para morir. Tierra de la que es expulsado, tierra negada.... ;Ay! Dolor multiple en su valor de simbolo.
El hombre le niega al hombre la tierra, y el macho a la hembra su condición de hembra igual en valor al macho, su condicion de mujer, de ser humano. Los gitanos, la mujer gitana, en este caso, por mujer, por gitana , por andaluza, pandereta del España y del mundo durante largo tiempo, asume el simbolo que sube desde el escalón de ser individual , por gradación, al de símbolo de madre-tierra maldita y mancillada.
Cuando yo llegué a Japón, a los pocos dias, escuche un concierto
de KOTO, cuyos efectos todavía me quedan grabados en los rincones del alma. La melancolía de la música, del poema, que alguien me iba explicando, no era para mí sino otra forma de decir lo que el Cande Jondo dice, lo que los cantos de los negros en los algodonales del Sur de Estados Unidos decían, anhelando su libertad perdida: negación de tierra y vida.
Al llegar a Japón, desde mi Córdoba, pequeñita y enraizada, y meterme en una ciudad tan desmesurada como Tokyo, un puñal se me clavó en el costado. Un puñal que me hizo gritar de nuevo. Puñal - grito - pena negra que todos llevamos clavada, de cuya combinación salió el poema que transcribo: Granada, N. York, Tokyo. Creo que no hay mucho más que decir. Transcibo mi poema, el poema de Lorca en la segunda parte de este trabajo, y a continuación mi "intuición-comentario al poema lorquiano.

II
... POR EQUIVOCACION
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
F. Garcia Lorca
Soledad Montoya, gitana a ultranza
y por equivocación,
baja cada dia, sola, Soledad,
por el monte claro del Albaicín.
Mariko Nakamura, oriental a ultranza
y por equivocacion,
recorre cada dia Shinjuku, Nakano,
o se pierde por las verdes llanuras de
Hokkaido.
Nancy Smith, yankee a ultranza
y por equivocacion,
mira hacia el EMPIRE STATE
o hacia la gran mole de WALL STREET.
Soledad, Mariko, Nancy...
¿Qué importa al fin y al cabo, Granada,
Tokyo , Nueva York?
El hombre, como el pajaro,
busca su vuelo
por las nubes, por el aire,
por el infinito azul de la Vida.
Soledad, Mariko, Nancy...
¿Qué importan los nombres cuando
ese sentimiento de humanidad
perdida
se agranda como una bestia
recorriendo el mundo?
¿Qué importan los nombres cuando
el HOMBRE se siente SOLO?

El poema salio así, sin más. No pretende ser ni bueno ni malo. Un día lo escribí y hoy esta aquí. Para el que no lo conozca o no lo tenga a mano, reproduzco el poema de Lorca, segun la edición de Espasa-CaIpe, en su Colección Austral, edición de 1972.
ROMANCE DE LA PENA NEGRA
a José Navarro Pardo.

Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo su carne,
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
Soledad, ¿porquién preguntas
sin compaña y a estas horas?
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegria y mi persona.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
No me recuerdes el mar,
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
jSoledad, qué pena tienes!
iQué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limon
agrio de espera y de boca.
iQué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo,
de la cocina a la alcoba.
iQué pena! Me estoy poniendo
de azabache, carne y ropa.
;Ay mis camisas de hilo!
iAy mis muslos de amapola!
Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Por abajo canta el río:
volante de cielo y hojas.
con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
¡Oh pena de los gitanos!
Pena límpia y siempre sola.
i0h pena de cauce oculto
y madrugada remota!
III
Con un fondo de belleza resplandeciente, tras un fondo de luz y sombra, nítido, un aullido negro venía de otros mundos. Soledad, Montoya. Soledad, sola, siempre sola, por mujer y por gitana. Soledad, pisoteada de siglos, por el macho que no lo es o no sabe lo que es. El bruto que entumece tu cuerpo, que lleva tus hijos hacia la muerte en la guerra, a esa carne de tu carne, a esa sangre de tu sangre, ese hombre, que sólo puso la semilla, y que piensa sólo en su honor, ese hombre es el que te pisotea.Por gitana, por Montoya, tú, sola. Andaluza, pandereta de España, pandereta de Europa. Gitanos de la charanga y pandereta que revolvía el estómago a Machado, ¿no es contra eso contra lo que escribe Federico, desde otros alcazares? Por gitana, par mujer, por andaluza y por española, Federico te dolió hasta los huesos. Pero tú, bajas, cobre amarillo : gitana, española de otra orilla llegada, de otros mundos. Dicese de la India o de Egipto. ¿De donde viene tu pena? Clavada estás en un monte de Graná, pero tú vienes de más allá. Sí, amarilla, tal vez desterrada ya, quien sabe por qué, desde tu primer nacimiento. Asia. Desterrada desde tu misma aurora. ¿Qué se busca? ¿Es un nuevo amanecer lo que buscas o esos gallos de las picas buscan hacia atrás su propio principio?
¿Un nuevo amanecer que no existe o tu raiz buscan? ¿Qué, qué es lo que buscas?
Noche de diciembre. Granada. El frío que se cala hasta los huesos cuando subimos al Sacromonte. Gitanas, gitanos, flamenco de tres al cuarto para turista borracho que no sabe por donde anda. Me llevaron por un camino. Allá muy lejos, a lo lejos, la Alhambra. Resonancia Oriental, iluminada y bella, bajo una blanca torta de luna fría. El viento se filtraba por las rendijas de los montes llegando hasta las rincones mas oscuros de la sangre, hasta la medula.
¿Lola Montes? ¿Es así como se llamaba la cueva? Las cuevas del Sacromonte son lugares llenos de misterio de siglos. Gitanos garbosos, con navaja, tal vez, bajo la chaquetilla, aplaudidos, pero despreciados en el fondo, de siempre, de lejos, por su vida, contra todo aquello que les han querido imponer, librando su derecho a ser libres. Poesía de charanga y pandereta o, en el mejor de los casos, símbolo de lo que viene mas allá del tiempo.
Conversación al amor del fuego. Tema: los gitanos y Lorca, y unos azulejos supuestamente firmados por el artista. La cueva de Lola Montes y el primer teatro lorquiano. Fuera hace frío, sopla el viento... La conversacion se desarrolla al amor del fuego...
Ya es hora, ya es tarde... La hora de partir. El callejón era oscuro cual boca de lobo. En frente la Alhambra, iluminada con resonancias de otros mundos, La oscura salida la iluminaba, en perpendicular la luna, blanca, fria como cuchillo que se clava, daba luz suficiente a ese oscuro infiemo. Y los perros... Un instante, un segundo tal vez... iGuauuuuu, Guauuuuuu! Aullaron, aullaron de dolor, pena, rabia, tristeza, odio.... Aullaron por siglos reconcentrados, con voz de acibar, con voz de llanto de otros desconocidos mundos.
Senti los aullidos clavarse en mi estomago, en mi costado. ¡La pena negra! Aquello era....
Pena negra, caballo y sombra: caballo libre del viento descansa en lo umbroso de los campos, a la vera del árbol, viviendo, viviendo. Sí, libre. caballo de vida. Soledad. Dura de carne y fuego. Fuego, fuego de vida, fuego que no podría hacerse dentro de una casa, porque una casa significa estabilidad, tranquilidad, raiz, tradición. Tú no tienes tradición, tú no tienes tradición. Tú lloras al darle a tu hijo ese pecho de yunque forjador de vida y forma. Lloran y lloran tus pechos mientras le cantas a tu hijo. Has perdido tu casa, allá, tal vez en el alba del tiempo.
¿Y todavía te preguntan? ¿Y todavía quieren saber qué buscas? Está claro. Tú misma, lo que no te han dejado ser. Está tan claro que no haría falta preguntar, pero las gentes son tan ciegas, o tan cínicas... que preguntan.
¿Por quién preguntas, sola, sin compaña, ¡anatema! y de noche? Claro, tú, mujer, debes estar en casa de noche. Allí, para pudrirte, como es tu deber, ¿verdad?
Eso es lo que quieren...
Pero Soledad, sola... vida que busca libertad, libertad tan cara, caballo loco, ¿dónde vas? ¿No entiendes que el mar, la vida, tú sola no podrás con ella? ¿No entiendes que ese no es tu oficio? ¿No entiendes que eso de ser libre no se ha hecho para ti? Esas alas de la vida, esas nobles explicaciones te tragaron a ti, a tu ansia de vida. La vida es eso... Aguante. iMalditos! ¡E1 Mar!
No, el mar no es muerte, el mar puede ser vida. ¿Y qué importa que el mar sea muerte o vida? ¿Qué importa? No es en el mar donde está el dolor. El mar puede ser principio o fin de todo. El agua corre, se desborda, vibra y siente y va a dar al mar..." Nuestras vidas son los rios que van a dar a la mar que es el morir"
¿Y aquí? ¿Y aquí en esta tierra ? ¿En esta tierra mía de siglos, en esta tierra de dolor, explotación, miseria y pena? Por mujer, por gitana, por andaluza y española , ¿quereis que le tenga miedo al mar cuando de siglos me habeis robado la vida, la sangre, me habeis envenenado con vuestras mentiras?
No, la muerte no es nada, el dolor es la tierra, es el olivo de la vida. El olivo, símbolo de los dioses del Olimpo. iAy, el olivo! Bajo sus hojas, bajo sus ramas se escondieron mis pechos, hurtados a la vida, se escondieron mis nalgas buscando vida desde los sexos putrefactos.
Si, Soledad me llamo, y estoy sola, triste ya , y mustía; tan mustía que parezco muerta . Mi carne ya no sirve, ya no es joven, vosotros , los grandes, los ricos, los portentosos, los poderosos del olivo y la vid, (vida al fin) ya no me quereis, ya no me necesitais para adornar vuestras salas de vicios y placeres.
Zumo de limón, no, las palabras se quedan cortas: acibar. Agria tengo la sangre, de esperar, de llorar, de... ¿que Dios que ya no lo sé? Ya no me salen, ya no me acuden las palabras a la boca, y no acuden porque han sido pisoteadas y mancilladas durante siglos ¿Me entendeis?
Siglos de dolor llevo sobre mis espaldas. Tanto dolor que me estoy volviendo loca. Girar, girar en la voltaria rueda del destino. Mi pelo de joven y doncella, mis trenzas de mujer arrastro de la comida, de la cocina, al lecho de la muerte. No , no tengo placer de vosotros. Negra pena, pena negra, tan negra como el azabache se va a poner mi sangre, mi cuerpo de tanto esperar... Mi ropa, mi fina ropa de recien casada. Amor, ilusión ¿Qué fue?, ¿en qué quedó?... Agua clara, pura y límpia de la mañana necesito para mi cuerpo y mi corazón, si no me lavo, si no me limpio de esta suciedad que me aplasta, ¿cuál será mi fin como ser humano, como mujer, como andaluza, como gitana o lo que yo sea?
Soledad, ¡AY! ¿dónde irás a parar?
*
Agua que corre, río de la vida, río que trae de siglos, cauce oculto, las penas de los hombres, de los gitanos. Azul reflejo del cielo, verde de la esperanza, vida al fin, amarillo, calabaza, cresta del sol cuando sale por Sierra Nevada. El rio, claro, de la Soledad, de la pena, del dolor del hombre, se abre a un nuevo amanecer, a un nuevo día, a ese nuevo día al que todos abrimos los ojos, pero que no sabemos dónde empezó. ¿Dónde empezó ese dolor del hombre?

El poeta no lo dice, no dice nada.... Todo viene de una madrugada remota....

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