sábado, 22 de abril de 2017

HUMEDAD

HUMEDAD

La flor en su exterior tenía un color oscuro, como tostado por el sol. Desde dentro subía hasta la salida de la campanula una fragancia a vainilla mezclada con agua de rosas, con olor a rosa y a jazmín temprano.












Seducida por aquel perfume, la mariposa se acercó a la entrada de la flor. Se posó sobre ella. Aunque era ligera como brisa marina al atardecer, la flor reaccionó. Era como si la mariposa hubiera tocado con sus livianas patitas uno de los puntos neurálgicos de la flor.
La flor, tranquila ya, abrió ligeramente sus labios. Parecía querer besar, ser besada por la larga trompa de la mariposa. Era el tiempo en que las flores están avariciosas de polen, en que los animales aullan, rugen en la noche porque no pueden aguantar la soledad del cuerpo y la vida se le rompe por las venas.
Las trompas mariposonas fueron como lamiendo los pedúnculos florales. Las trompas iban de arriba hacia la izquierda dulcemente, llegaban a la clave de abajo y volvían a












subir por la derecha hasta llegar a esa especie de saliente que recogía el polen y toda la sensibilidad de la flor. Una vez la mariposa cubría las papilas femeninas de la flor con las alas, las trompas comenzaron a frotarse en redondo, de arriba hacia abajo, desde la punta más aguda hasta el tronco .
Las patitas iban hacia abajo y en su parte más baja parecían contraerse y extenderse como en un sístole y diástole del corazón.
Desde el fondo del cáliz de la flor se diría que un regurgir de toda ella afloraba hacia arriba. La misma flor quería como cerrarse sobre sí misma y tragarse a la mariposa en un deseo imposible de explicar, deseaba que sus patas fueran más largas y más gruesas y llegaran a ese punto en que el magma lubricante de los conductos de la misma fluía como fuente en el campo , de manera imposible de detener.










La entrada de la flor , en un principio de color tostado, fue transformándose a un color rosado y del rosado pasó al rojo. Un rojo que decía que todas las potencias de la tierra, que toda la potencia de la planta se entregaba buscando el polen de la vida.
La mariposa, increiblemente cargada de un viscoso líquido blanco fue derramándose dentro del cáliz floral. El interior de la flor succionaba a la mariposa, era como el ordeño de cualquier animal de leche. La fuerza interior de la musculatura apretaba suavemente las patas mariposeras para dejarlas después en libertad.
Veinte, treinta minutos , el tiempo era eterno y dulce, pasaron. La flor quedó preñada de polen y la mariposa languideció viniendo a desfallecer dentro de la flor.
El mundo seguía su curso y la luz del sol descubrió la maravilla de la flor, sonriente, como bebé más que satisfecho.
La flor toda, el tronco, había absorbido toda la humedad del mundo cuando la noche abre y el rocío de la mañana deja su puntito de transparencia en los campos con antelación iluminados por la luz de las estrellas.
Fragancia de flores
se elevan
de las profundidades
de tu ser.
Mariposa arrullada
explora el secreto que escondes.
La vida florece de nuevo
por encima del tormento y la soledad
La vida ha triunfado
el perfume de tu cuerpo

es la señal. 

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